viernes, 4 de mayo de 2012

Soneto de amor

Soneto De Amor



Quiero dedicarte este soneto mi amor       A
quiero que me salga de mi corazón           B
aunque tú ya no sientas igual pasión         B
solo pensarlo me produce terror               A



Que sepas que siempre fuiste mi vida      C
y vivo junto al aire que respiras              D
en lo nuestro jamás hubo mentiras          D
y al decirlo veo mi meta cumplida           C



Quisiera ser sol que calienta tu piel         E
Quisiera ser luna para velar tu sueño       F
y poner en tus labios toda la miel            E


y con mis brazos tu cuerpo pequeño         F
que sienta que nunca podré  serle infiel     E
ni dejar de lado tu loco empeño                F

jueves, 3 de mayo de 2012

Repercusion poetica

Repercusión de la poesía de Quevedo 

Quevedo, fue un hombre comprometido con su tiempo, y por ello todo cuanto le rodeaba le interesó. Los temas más importantes de su tiempo: religión, política, vida, muerte, están expresados con un dramatismo superior al de sus contemporáneos. Su postura ante la vida tiene tanta semejanza con la nuestra que fácilmente se le ha podido calificar de hombre moderno e incluso de poeta contemporáneo. Juan R. Jiménez le definió como ‘el primero de los poetas modernos’ y D. Alonso afirmó: ‘con frecuencia nos da Quevedo esa sensación de novedad; casi de poeta contemporáneo, por lo menos moderno’. Esta modernidad se aprecia primeramente en su inconformismo, rebeldía y denuncia de los males corruptores del poder y de la sociedad.

Hay escritores que llegaron a sentirse identificados con él, como Unamuno, sobre todo a raíz de su destierro, que comparó a la cárcel de San Marcos. Desde luego, la deuda que la mayoría de los poetas modernos deben a Quevedo es inmensa, sobre todo en las meditaciones acerca de los problemas eternos del hombre, que en los conflictos del siglo XX se van agudizando y aumentando en el sentido dramático y pesimista de la vida. Desde Rubén Darío, la influencia se deja sentir tanto en los poetas españoles como en los hispanoamericanos, como Neruda, Vallejo, Borges, Carrera Andrade, Octavio Paz, etc. (...) Aparte de los temas y de su tratamiento, Quevedo es un modelo de lenguaje.

Comentario critico

Agudeza y arte de ingenio (1648)


Comentario personal de la obra de Quevedo

La obra de Quevedo es extensa y variada.  El autor vuelca en prosa y en verso su triste visión de la vida, alternando, géneros y temas. Además criticó con atrocidad los vicios y debilidades de la humanidad, y humillo de una manera cruel a sus enemigos. Por los temas tratados se divide en cuatro grandes núcleos: religioso, moral-metafísico, satírico-burlesco y amoroso.
Los diferentes temas aparecen mezclados en numerosos poemas.
   Motivos religiosos
Podríamos englobar aquí los siguientes temas:
El arrepentimiento.
La fugacidad del tiempo. Une la idea del arrepentimiento ante el tiempo pasado mal empleado y una dimensión específicamente religiosa. El poeta expresa su dignidad angustiado, pero la constante referencia al poder divino y a su clemencia evitan la desesperación-
Dios, supremo juez. Para Quevedo, Dios es un ser implacable, abrumado por los pecados de los hombres
El hombre, criatura suplicante. Dios también es liberador del ser humano. En este tema, lo más frecuente es que el autor recurra a la paradoja.
La muerte. Se percibe como un hecho inevitable que acecha al hombre.
Cristo en la cruz. Siente cierta predilección por este tema, que puede deberse a:
a) la importancia religiosa del motivo, pues es uno de los dogmas fundamentales de la doctrina cristiana;
b) su hondo patetismo.
c) su relación con los principales motivos de la obra de Quevedo: la muerte en soledad y desamparo, vista desde una perspectiva exclusivamente humana; ç
d) sobre todo, las posibilidades estilísticas que el motivo sugiere: la paradoja muerte/vida; abundancia de símbolos, antítesis amor hacia los hombres/ odio de los hombres.
  Motivos metafísicos y morales
Aquí es donde vemos el pensamiento más pesimista de Quevedo.
Aspectos básicos de la poesía metafísica de Quevedo son:
a) la conciencia, a veces obsesiva, de desengaño, que permite desvelar aspectos ocultos de la realidad física e histórica;
b) el escepticismo ante los pasados ideales y valores del Renacimiento;
c) la severa actitud moralizante; y
d) sobre todo, la percepción de la proximidad de la muerte y de la caducidad de todo lo humano.
Motivos metafísicos
La muerte. La contemplan desde una perspectiva desgarradora, aunque dentro de la seriedad y de la perspectiva cristiana. Además es un elemento que se desea y se agradece.
La caducidad de las cosas humanas. Al hablar de esto, Quevedo alcanza, tanto en prosa como en verso, algunos de sus momentos más vigorosos y expresivos.
El cuerpo, cárcel del alma.
Carácter igualador de la muerte
la visión trascendente. La desesperación solo se evita por el recurso a lo sobrenatural, a aquello que permanece más allá de la caducidad de la muerte.
Motivos morales
Son fundamentalmente imitaciones de textos clásicos, fundamentalmente latinos. Aunque también, en otras ocasiones los motivos morales provienen de algún suceso histórico o literario.
La decadencia española. En un escaso número de poemas aparece de forma explícita la cuestión española.
Motivos satírico-burlescos
Los temas más característicos de este motivo son:
El ataque a los médicos y boticarios.
El ataque a las creaciones humanas. (plazas, jardines)
El ataque a los tipos de gente. (mujeres flacas, gordas, poetas, cornudos, viejos, que se creen niños, jueces corruptos...)
Sátiras personales. Aquí podemos incluir tres tipos de sátiras: las sátiras antigongorinas, las sátiras anticulteranas y otras sátiras personales (dedicadas a Ruiz de Alarcón, Pérez de Montelván, Jusepa Vaca, etc.)
Por otra parte Quevedo fue una gran popularizador de las jácaras o romances de germanía. En ellas reproduce el uso de la jerga picaresca y el habla de los truhanes que poblaban aquella época. Gozaron de un gran éxito.
Motivos amorosos
Se compone de un grupo de poemas diversos y unidos por la misma temática, y por otro, menos en cantidad, dispuesto como una cancionero dirigido a una sola dama: Canta sola a Lisi. En los primeros encontramos las siguientes características:
El ideal de belleza de la mujer es el mismo que en el Renacimiento.
Riqueza lingüística.
Referencias mitológicas
Gravedad y pesimismo
Los motivos de estos poemas son:
Mitológicos. Para expresar sufrimiento amoroso.
Pastoriles. Predominan el pensamiento idealizado, las sensaciones y las metáforas e hipérboles.
Estético-burlescos. En los que expresa defectos físicos de mujeres.
Caducidad de la belleza humana. No aparece mucho, y en general, el desarrollo de estos poemas depende más de un concepto intelectual que e un sentimiento amoroso encendido.
Por otra parte, el Canta sola a Lisi, contiene poemas amorosos que suelen considerarse como los de mayor calidad de Quevedo. No obstante, debe tenerse presente que muchos de los rasgos y motivos anteriores vuelven a aparecer en este poemario dedicado a una única dama. Una característica en estos poemas es la divinización de la amada,
Aun así, podemos definir unos temas tratados en estos poemas que son:
El amante desdeñado. Frente a la divinización de la amada, aparece la imagen de un amante desdeñado por la mujer a la que adora.
Caducidad de la belleza.
Deseo de la muerte y eternidad del amor. La desesperación amorosa llega al extremo de desear hiperbólicamente la muerte. Pero la muerte no lleva consigo la desaparición del amor. Estas antítesis poéticas darán como resultado los mejores poemas de la lírica amatoria de Quevedo.

martes, 24 de abril de 2012

Tras siempre arder nunca consumirme

 “Tras siempre arder, nunca consumirme”
Tras siempre arder, nunca consumirme;
y tras siempre llorar, nunca acabarme,
tras tanto caminar, nunca cansarme;
y tras siempre vivir, jamás morirme;
después de tanto mal, no arrepentirme;
tras tanto engaño, no desengañarme;
después de tantas penas, no alegrarme;
y tras tanto dolor, nunca reírme;
en tantos laberintos, no perderme,
ni haber, tras tanto olvido, recordado,
qué fin alegre puede prometerme?
Antes muerto estaré que escarmentado:
ya no pienso tratar de defenderme,
sino de ser de veras desdichado.
METRICA.

Este poema es un soneto, ya que está compuesto por dos cuartetos y dos tercetos, todos ellos endecasílabos y con rima consonante.
.
ARGUMENTO

Sin duda, este es un poema bastante profundo en el que el poeta hace una reflexión de toda su vida, o mejor dicho, reflexiona sobre la vida en general, sobre los sinsabores, golpes y decepciones que ha tenido que soportar, sobre las trampas y las mentiras. El amor le ha dado la espalda, e incluso la muerte se la ha dado. Parece que el poeta ha decidido que la conciencia es una carga demasiado pesada, y quiere liberarse de ella ya que no lo va a conducir a nada positivo.. El poema parece ser las memorias de alguien a quien se le han acabado las aspiraciones, las esperanzas y las ilusiones, de alguien que incluso ha perdido el sentimiento de culpa, ya que este ser fue con la fe.

 ESTRUCTURA.

Este poema se puede dividir en dos partes, claramente diferenciadas,. La primera desde el primer verso al décimo primero, y la segunda desde el décimo segundo al décimo cuarto.
En la primera, el poeta vendría a exponer, sus experiencias, sus vivencias; explica como ha sido su paso por la vida. Y, de alguna manera, acaba esta parte concluyendo que todo esto no lo puede llevar a un final feliz.
La segunda parte es bastante breve, y el poeta emplea esos tres versos anunciando que no “va a dar si brazo a torcer”, es decir que pese a todo lo amargo de su existencia, él no se piensa enmendar, ni arrepentir, ni nada por el estilo; no va a luchar contra su destino, puesto que, como ya se ha dicho, sería inútil. Pretende seguir viviendo y “disfrutar” tranquilamente de la única posibilidad que le ofrece la vida, aunque en este caso no sea feliz.

TEMA

Se inicia el poema con una clara alusión al tema amoroso, y concretamente al fracaso por no haber visto correspondida su pasión, en este caso utiliza un símbolo, que es un tipo especial de metáfora, consistente en representar un término abstracto, la pasión, en este caso por medio de un término concreto “arder”,“tras arder siempre, nunca consumirme”
Vuelve a recurrir al símbolo, en el que el término concreto sería “llorar”, y el abstracto lo antes mencionado, los golpes de la vida, “y tras siempre llorar, nunca acabarme”, esto mismo viene a reiterar en los versos tercero y cuarto:
“…tras tanto caminar, nunca cansarme;
y tras siempre vivir, jamás morirme;…”
siendo en este último mucho más explícito, confesando que está harto de vivir para sufrir, que ni tan siquiera la muerte viene a ayudarlo, a liberarlo de su ” valle de lágrimas”. Como recursos de esta estrofa destaca un paralelismo, consistente en la repetición de estructuras sintácticas, entre los tres últimos versos de la misma:
“…y tras siempre llorar, nunca acabarme,
tras tanto caminar, nunca cansarme;
tras siempre vivir, jamás morirme;…”
El paralelismo, que, indica repetición, nos ayuda a asimilar la idea de monotonía que el poeta quiere transmitirnos. Otro recurso que aparece: la anáfora. Como se indica su definición, es un recurso consistente en la repetición de una palabra al principio de una serie de grupos sintácticos; “tras…/ y tras…/ tras…/ y tras… Encontramos también un contraste o antítesis, “…vivir, …morirme;”
En la segunda estrofa, parece que el poeta toma mayor protagonismo, es decir, hasta ahora había venido hablando de los pleitos que le ha planteado el destino, y a partir de este momento se describe tomando parte de la vida participando del bien y del mal, de alguna manera, se responsabiliza de sus acciones. Inicia la estrofa confesando que, en ocasiones, ha obrado mal, y que no se ” arrepiente” de ello “después de tanto mal, no arrepentirme;”. En el siguiente verso hace una afirmación bastante sorprendente, que, en cierto modo, vendría a contradecirse con el sentido general del poema; “tras tanto engaño, no desengañarme;”, son precisamente estas dos últimas palabras las que llaman la atención, ya que, hasta este momento, habíamos venido afirmando que el poeta estaba desengañado de la vida, y ahora él niega tal cosa; sin embargo, nosotros no nos tomamos esta afirmación al pie de la letra, sino que la consideramos producto precisamente de su decepción y su desgana, de su desánimo y su falta de interés por reaccionar a los monótonos estímulos que le ofrece la vida. Como recurso encontramos un contraste, ya que se contraponen los términos;“…engaño, …desengañarme.” El siguiente verso, reitera las amarguras que han habido presentes en su existencia e insinúa que no piensa rebelarse contra ellas, que no piensa “alegrarse” por nada;“después de tantas penas, no alegrarme;”.. Encontramos además otro contraste, ya que se contraponen las palabras “…penas, …alegrarme;”. Acaba la estrofa con un verso bastante parecido al anterior;” y tras tanto dolor, nunca reírme;”,
En el primer terceto empieza comentando que tantas vueltas que da la vida, ir venciendo las dificultades e “trancas y barrancas”, ir sobreviviendo a duras penas, pero sobrevivir, al fin y al cabo, en vez de perderse de una vez por todas, en lugar de entrar en uno de los corredores y desaparecer; “en tantos laberintos, no perderme;”. En el siguiente verso encontramos un hipérbaton, o alteración del orden sintáctico normal; “ni haber, tras tanto olvido, recordado,”, cuando normalmente sería: “ni haber recordado tras tanto olvido”. También hallamos, de nuevo, un contraste o antítesis, ya que se contraponen los términos; “…olvido,…recordado.” El último verso de este primer terceto es una pregunta que podríamos considerar como retórica, ya que se formula a él mismo, forma parte de la reflexión que el poeta está haciendo a lo largo de todo el poema, y, realmente, no espera una respuesta directa a ella; el poeta se pregunta, aunque más bien afirma, que después de todo lo expuesto anteriormente, como va a ser posible un final feliz, ). Como recursos encontramos una elipsis, ya que este verso carece de sujeto “)qué fin alegre puede prometerme?.
Entramos en el segundo terceto, y con ello en la segunda parte del poema, con una afirmación rotunda “antes muerto estaré que escarmentado”. Esta frase podría tener dos matizaciones, “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y aquella sobre la que hemos hecho incapié antes, que el poeta, a pesar de todas las “calamidades” cotidianas que ha tenido que padecer, aún mantiene una postura de fuerza, aunque realmente ésta sea muy relativa. Como recurso encontramos un hipérbaton, ya que el orden normal del verso sería, “antes estaré muerto que escarmentado:”. Los dos últimos versos podrían ser considerados como una rendición total, estarían en el límite entre la cobardía y la valentía, allí donde ambas se confunden. Y, sin embargo, no es la sensación de rendición la que nosotros recibimos, sino que más bien nos da la impresión de ser un pequeño acto de rebeldía, contenido en el pequeño espacio que hay entre la desesperación y el hastío, entre el caos emocional y la dignidad:
“…ya no pienso tratar de defenderme,
sino de ser de veras desdichado…”

miércoles, 18 de abril de 2012

Amor mas poderoso que la muerte



Cerrar podrá mis ojos la postrera 11ª
sombra que me llevare el blanco día,11B
y podrá desatar esta alma mía 11B
hora a su afán ansiosa y lisonjera 11A

mas no, de esotra parte, en la ribera, 11A
dejará la memoria, en donde ardía: 11B
nadar sabe mi alma el agua fría 11B
y perder el respeto a ley severa. 11A

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, 11C
venas que humor a tanto fuego han dado, 11D
médulas que han gloriosamente ardido, 11C

su cuerpo dejará, no su cuidado; 11D
serán ceniza, mas tendrá sentido, 11C
polvo serán, mas polvo enamorado. 11D

Argumento.

La muerte llegará inevitablemente y separará el alma del cuerpo; a pesar de ello, el alma no olvidará su amor, dentro de su envoltura carnal, y volverá a reunirse con el cuerpo a pesar de la decadencia física.

Tema

El amor que seguirá existiendo mas allá de la muerte.

Estructura del contenido.


-En la primera estrofa describe el momento de la muerte, a través de los dos primeros versos, “cerrar podrá mis ojos la postrera/sombra que llevare el blanco día...”, y los dos próximos versos describe la liberación del alma “... y podrá desatar esta alma mía,/hora a su afán ansiosa y lisonjera...”

-En la segunda detalla el viaje que tiene que recorrer el alma hasta la otra ribera de la laguna Estigia, lugar por el cual tenían que cruzar todas las almas para alcanzar la eterna inmortalidad, “...mas no, de esotra parte, el ribera/ dejará la memoria, en donde ardía...”y que sería el alma incapaz de olvidar la memoria que su cuerpo ha tenido “...nadar sabe mi alma el agua fría,/ y perder el respeto a lay severa...”

-En la tercera estrofa explica la relación que tenían el cuerpo y el alma, utilizando o culpando al cuerpo de encarcelar al alma, y a su vez usando el cuerpo como instrumento por el cual el amor fluía “... Alma a quien todo un dios prisión ha sido / venas que humos a tanto fuego han dado, / médulas que han gloriosamente ardido...”

-Y en la última expone su idea esencial del amor la cual dice que aunque el cuerpo se destruya habrá valido la pena, pues el amor lo merece “... su cuerpo dejará, no su cuidado, / será, ceniza, mas tendrá sentido,/ polvo serán, mas polvo enamorado.”


Estilo.

El lenguaje que emplea es conciso y natural.
El tono del que hace uso es serio y grave ya que habla de la muerte y el amor.
Tiene una visión realista

Análisis de la forma

En este soneto compuesto por dos cuartetos y dos tercetos en el cuya rima consonate es ABBA ABBA CDC DCD.

Existen varios hipérbatón, alteracion de la estructura gramital de una frase, en el primer, tercer, sexto y octavo verso, por ejemplo, en el sexto verso “... dejará la memoria, en donde ardía;...”

Encontramos metaforas en el primer verso y en el segundo en los cuales se dirije a la muerte como “la postrera sombra” y a la eternidad como “ el blanco día”, también existen personificaciones como la del “... nadar sabe mi alma el agua fría...” ya que al alma se le atribuye la accion de nadar, y en el último verso “... mas polvo enamorado.” el polvo no se enamora.

Conclusión

Este autor es del siglo XVII con lo cual tiene una forma de ver la vida propias de su época, el Barroco, en la que el cuerpo se consideraba una cárcel para el alma.

Lo que mas me llama la atencion es que diga que un cuerpo inerte seguirá siendo un cuerpo enamorado y que aunque haya muerto, sólo con el hecho de haber estado enamorado lo compensa todo.

viernes, 13 de abril de 2012

Poema Erase un hombre a una nariz pegado

FRANCISCO DE QUEVEDO
A una nariz
Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Erase un espolón de un galera,
érase una pirámide de Egito;
las doce tribus de narices era.
Erase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
El soneto que he escogido es un poema satírico.
·                              TEMA Y ESTRUCTURA
Tema: Es una sátira a Góngora, riéndose de la grandeza o tamaño de su nariz
Estructura: Tiene 2 cuartetos y dos tercetos
·                              METRICA
Son todos versos endecasílabos y sus rimas son ABBA, ABBA, CDC, EDE. Su rima es consonate
·                              RECURSOS ESTILISTICOS
Un recurso que aparece mucho es la Anáfora, cuando al principio de cada verso (no de todos, solo en algunos) repite la palabra érase.
Otro recurso muy utilizado es el Hipérbole, el cual está presente en prácticamente toda la obra, ya que toda la obra es constantemente una exageración de la nariz de Góngora. Ej// érase una nariz superlativa.
También aparece la Metáfora constantemente, diciendo lo que es la nariz de Góngora, ej// érase una pirámide de egito, aquí dice que la nariz de Góngora es una pirámide de egito de lo grande que es.
Aparece una Personificación o Prosopopeya en “érase una alquitara pensativa”, las alquitaras no pueden pensar, por lo tanto aquí Quevedo le da características humanas.
Hay también un Asíndeton en toda la obra, donde solo pone comas para unir versos y frases, casi nunca utiliza nexos.

Poema de Quevedo


 
«¡Ah de la vida!»... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños1 que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la Salud y la Edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; Mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el Hoy y Mañana y Ayer, junto2
pañales y mortaja, y he quedado3
presentes sucesiones de difunto.

Quevedo, Parnaso español


 

 . Se trata de un poema de género lírico en el que el autor expresa subjetivamente, en primera persona, su inquietud por el paso del tiempo y la proximidad de la muerte.

2. ARGUMENTO

El autor se sorprende de la rapidez con que ha envejecido y de cómo le ha abandonado la salud; cae en la cuenta de que la vida ha pasado sin que él lo advirtiera, y de que está próxima su muerte.

3. TEMA

El tema, frecuente en Quevedo y común en la época en la que escribe, es el tópico literario del tempus fugit, la fugacidad de la vida
4. ESTRUCTURA

El poema es un soneto: consta, de dos cuartetos y dos tercetos. 
-En los dos cuartetos: el poeta expresa su sorpresa y desconcierto cuando cae en la cuenta de que es anciano y no goza de salud: “¡Que sin saber cómo ni adónde / la salud y la edad se hayan huido!”.

En los tercetos: el poeta reflexiona y concluye que la vida es tan breve que no es posible distinguir la infancia de la vejez: “En el Hoy y Mañana y Ayer junto / pañales y mortaja”.

5. ASPECTOS FORMALES

 La estructura del soneto es: versos endecasílabos con rima consonante ABBA ABBA CDC DCD. Desde el punto de vista fónico, llama la atención las frecuentes exclamaciones y la interrogación del primer verso. Esto, y el encabalgamiento en los versos 12-13, son recursos propios de la estética barroca, exagerada, desmesurada, y expresan muy bien el estado de malestar e inquietud del poeta.
Lo mismo sucede al analizar los recursos literarios del nivel morfosintáctico. El estilo sentencioso, gracias al asíndeton, en el primer terceto, dota al poema de gravedad y patetismo: “Ayer se fue; Mañana no ha llegado; / Hoy se está yendo sin parar un punto” (con la recuperación de estos mismos términos, subrayándolos mediante un polisíndeton, en los versos finales: “En el Hoy y Mañana y Ayer, junto / pañales y mortaja, y he quedado...”). Predominio de formas verbales en pretérito perfecto compuesto, para indicar que el pasado guarda una relación con el presente, que la vida es un todo unitario y no tan inabarcable como cabría pensar. Un efecto similar logra Quevedo con los versos: “Hoy se está yendo sin parar un punto: soy un fue, y un será, y un es cansado”, en los que la perífrasis con un verbo de movimiento incide en la sensación de fugacidad y de tiempo efímero, a lo que se suma de nuevo el polisíndeton que encadena los tres verbos sustantivados.
Los recursos más sobresalientes son los de carácter léxico y semántico. Quevedo es el principal representante del Conceptismo, movimiento literario barroco basado en el ingenio y la ruptura del equilibrio en el plano del contenido, mediante juegos de palabras, asociaciones ingeniosas de ideas, metáforas, dilogías, etc.
El primer juego de palabras está en el verso 1, ya que el poema comienza con la interjección habitual en la época para llamar a una casa, pero se sustituye “casa” por “vida”: “¡Ah de la vida!”. La suspensión y la dramática interrogación (“¿Nadie me responde?”) meten desde el principio al lector en un contexto de desolación e incluso de vértigo existencial. A continuación, dos versos en paralelo en los que el autor personifica los conceptos de fortuna y tiempo (“La Fortuna ... Las Horas”, de reminiscencias clásicas), igual que en la estrofa siguiente “la Salud” y “la Edad”, a las que confiere la propiedad animada de huir. En los tercetos, hay otros términos implícitamente personificados, porque están escritos en mayúscula: los adverbios (sustantivados) “Ayer”, “Hoy”, “Mañana”: no hay un modo mejor de manejar conceptos abstractos que personificarlos a través de sustantivos concretos (en algunos casos con el artículo determinativo, en otros además, como acabamos de decir, por el empleo de la mayúscula).
Este recurso -la sustantivación- alcanza el punto culminante en el verso “soy un fue, y un será, y un es cansado”. Ahora es el poeta en primera persona el que expresa su asombro y perplejidad con esta ingeniosa metáfora, que es también una paradoja: la vida del hombre –no cualquiera, sino la del poeta en concreto- es a una vez pasado, futuro y presente. El pesimismo se hace patente gracias al adjetivo “cansado”, que califica su estado actual y enlaza semánticamente con los conceptos de “salud” y “calamidad” (hipérbole muy propia del autor) de las estrofas anteriores.


6. RELACIÓN DEL AUTOR CON LA ÉPOCA LITERARIA

Hemos comentado que el autor, Quevedo, es el principal representante del llamado Conceptismo barroco, y este es un poema conceptista. El rasgo más característico de Quevedo era su exacerbada sensibilidad moral, que le llevaba a exaltar con la misma vehemencia la justicia, la autoridad, la moralidad, que a denunciar la falsedad y el desorden de las costumbres de la época en la que vivió.
El tono es pesimista y exagerado, y no se busca el equilibrio y la belleza, sino la sorpresa, la originalidad del autor.