jueves, 12 de abril de 2012

Teoria poetica de Quevedo


Sacado de el libro de Lengua castellana y leteratura de primero de bachillerato,Autor: F. Lazaro Carreter,Editorial: Anaya
Quevedo es la máxima figura del conceptismo, su poesía es el mejor exponente de las características barrocas: angustias, pesimismo, preocupación por el paso del tiempo, la decadencia y la muerte; junto a esto, en fuerte contraste, burlas y sátira de todo lo que lo rodea. Pero, simultáneamente, cultiva la veta chusca, sarcástica, socarrona y procaz.

Las formas métricas, canciones, décimas y epístolas en tercetos. Manejo con maestría un idioma buscando correspondencias entre objetos, comparando, contratando términos o ideas antitéticas e imponiendo al lenguaje una extremada concisión.

En sus poemas amorosos, dedicados a Lisi. Canta la belleza seductora de la dama, sus desdenes y su propio abatimiento; es el suyo un amor angustiado, celoso, de encontradas reacciones contrarias, y emocionadamente asociado con la preocupación por la muerte.

En la poesía de carácter serio y reflexivo, moral y religioso, se muestra hondamente cristiano. La vida cortesana, e la que se movió con intensa actividad, y le proporciono un conocimiento profundo del ansia de riquezas y poder, de la envidia, la vanidad, la hipocresía, la perdida de valores y la corrupción humana.

Su poesía mas honda lamenta con dolor el rápido paso del tiempo. Se muere desde que nacemos  la vida humana transcurre con rapidez entre la cuna y la sepultura. Sus poemas religiosos se ajustan a la concepción católica ortodoxa. Ante la evidencia de la muerte hay que atravesar resignadamente este valle de lágrimas, con Cristo en nuestro pensamiento.

POESIA SATIRICA Y BURLESCA

Es en la poesía de este carácter donde Quevedo exhibe mayor ingenio, y donde hace los más audaces hallazgos lingüísticos, con retorcimientos, hipérboles, contrastes, equívocos, parodias, ambigüedades, vocablos inventados para la ocasión. Con ellos, se burla de todo o lo somete a sátira implacable: nada se le resiste en sus romances, sonetos, letrillas o jácaras. En ocasiones, esa sátira quiere ser moralizadora, pero otras muchas veces solo tienen un fin lúdico y festivo. Se ríe  de clavos, comudos, médicos, escribanos, letrados, taberneros, sacamuelas, matones, hipócritas, viejas-jóvenes, mujeres casquivanas, fingidas doncellas, mujeres pedigüeñas, suegras…. Critica el poder del dinero, la hipocresía, la ignorancia, el atuendo, los afeites, o ataca a Góngora o Ruiz de Alcorcn. Escribió además piezas teatrales, entre ellas, diez entremeses, y dos comedias.


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